"ELEGIA A LA MUERTE DEL TABACO"

¿Dormida estas ¡oh pipa! o agonizas?

Sobre el dorado cenicero

unas tristes cenizas

que parecen exhalan un suspiro.

El fumador te tiene entre sus manos

y mientras te examina,

como evocando recuerdos lejanos

exclama ¡oh "Nicotina"!

hada hermosa, ¿en dónde, di, te escondes...?

Tu que fuiste tan dulce compañía

¿por qué a mi voz amiga no respondes?

¡Tu abandono me mata y desespera...!

¡Ay , pobre pipa mía,

yo que en mis manos te lleve orgulloso

aquí en mi pitillera (tan vacía)

un sepulcro te quiero dar piadoso!

Yo no he muerto, la pipa contesta:

murió el tabaco mi fiel compañero,

desgracia  grande, aterradora, es esta;

por eso lloro junto al cenicero...

"El" en la noche oscura

era un astro de fúlgidos destellos,

compañero del hombre en la amargura

y en las horas de sus sueños bellos.

Contemplando las espirales

como nubes de fino y suave tul,

el poeta forjaba madrigales

y envuelto entre las olas de humo azul

canta el enamorado dulces cantares,

mientras con expresión poética y sentida

como al que le atormentan mil pesares

exclama el soñador: "Solo es humo la vida".

Desde el anciano venerable y grave,

hasta el adolescente de rostro de chiquillo,

con suspiro profundo,

leve o suave,

lloran la muerte del "Señor Pitillo"

¡Oh tragedia más cruel que fue el encanto

de la  sin par y dulce Dulcinea!

¡Oh tabaco! tu muerte siento tanto,

como Licio el desdén de Galatea...

¡Ay, pobres fumadores!

vuestra desgracia de veras lamento,

siento de corazón vuestros dolores

y anhelo que os aumenten el racionamiento...

Mª Bernarda García de la Villa.

Replica del fumador

Doy contestación sencilla

a estos versos del "tabaco"

mientras haya "cajetilla"

los paso por el ...sobaco.