Relato para "NO CONCURSO"

Relato presentado para "NO CONCURSO" DE BIZARTE

 Extirpación del presente-pasado: presente-presente

No entiendo cómo me puedo estar apagando tan rápido. Estoy agotado. El médico dice que aguantaré unos tres meses. Pero si yo quería ser inmortal al más puro estilo daliniano. Y me encuentro en esta cama mugrienta, con una mujer al lado de la que ya ni siquiera me acuerdo. Tiene la mirada fija en el suelo. Perdida. A veces habla conmigo y dice que un día fue mi modelo, y que se pregunta que cómo un hombre cuya vida era la propia estética del horror era capaz de pintar desnudos tan intensos. Que nadie había sido capaz de captar la esencia femenina de la misma manera que yo lo hice. Pero no sé si habla de mí. Deliro. Empiezo a recordar algo. Sí. Recuerdo el carácter mesiánico de mi adolescencia. Yo había venido para salvar el mundo. Sostenía mi ego en la miseria que me tocó vivir. Mezclaba las pinceladas con ese coctel de hada verde y plomo tan característico de los denominados malditos. Pintaba para evadirme de la realidad y ahora percibo para olvidar mi existencia. Mi existencia. Pero, ¿quién sabe qué coño es eso? Y me planteo sentirla ahora. Pienso en esos condenados filosofastros tan leídos en mi juventud. Que si soy un ser arrojado en el tiempo y en el espacio, y que después no hay nada. Quizás tengan razón.

Intento incorporarme, pero no puedo. Pido ayuda a la mujer que me acompaña. Recuerdo ahora que por su paciencia la llamaba Viridiana. Despierta de su ensimismamiento y me incorpora. Le pido que prepare la cuerda. Subo con su ayuda en una silla y me pongo la cuerda alrededor del cuello. Ya está todo preparado. Me dejo caer. A punto de morir con los pies por encima del suelo, al fin y al cabo así es como viví siempre. Aprovecho este sentimiento que apenas durará unos segundos. Suena demasiado pretencioso querer sentir el tiempo presente en estos momentos. Pero nunca supe hacerlo de otra manera. Siempre intentaba unir mi tiempo con el de lo que miraba, con el de lo que oía o tocaba. Pero son tiempos diferentes. Ahora noto como todo gira alrededor de mí. Que soy un simple elemento entre millones. Disfruto estos últimos momentos con este delirio narcisista que siempre me ha acompañado. Intento reír como un loco, pero no puedo. Muero. Nada

Autor: Pablo Castellano García